Esos días fuera de la ciudad me cayeron como perlas. Días de mucho sol, mucho frío, mucha comida, mucha bebida, muchas risas, muchas caminatas, mucho descanso, mucha meditación, mucha música, mucho amor. Y es en los momentos en los que crees que estas solo sin estarlo, que la vida te demuestra lo contrario. Incluso esas sonrisas que la gente te da, mientras vas recorriendo las calles de algún pueblito mágico, son reconfortantes.
Y ahora que me cuestiono que es lo que siento al respecto, es raro, no sabría como describirlo. Primero que nada creo que debería de decir que aunque no soy la misma de hace un par de meses, y jamás volveré a serlo, me siento mejor y diferente en un buen sentido. Después debería reconocer que no esperaba esta "sorpresa" y mucho menos enterarme así, porque me hizo cuestionarme una y otra vez de si estoy haciendo lo correcto. Pero al final, no hay duda, de que esto es lo mejor que pudo pasar, y nuestro "happy ending" es seguir fluyendo.
Me encanta poder tener tantos planes. No se si todos pueda llevarlos a cabo, pero el hecho de tenerlos en mente me hace sentir feliz. Muy feliz. Y aunque de repente me siento perdida, creo que hace mucho no estaba tan en paz y tan tranquila conmigo misma. Y entonces, sólo estoy muy feliz.
Y porque siempre hay una canción para cada momento...
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