Desperté ansiosa por ese sueño. Hablé con Sandra y le conté mi sueño. Me tranquilice. Atendí a Bruno. Desayuné mi fruta, mi yoghurt y mi té. Chequé mis correos y escribí un post. Fui a yoga. Llamé a la Renault y seguimos sin buenas noticias. Siempre el 11:11. Tomé un baño, me arreglé y salí corriendo a mi cita con Gary. Peseros y combis para llegar a Centro Coyoacan. Caminé en pleno Churubusco a medio día, entre obras, polvo, arboles y aire. Escuché a los Guillemots, mi canción favorita. Bailé mientras caminaba.
Tomé café latte con Gary. Platiqué de finanzas (siempre en inglés, siempre) en el Starbucks, jaja así o más cliché. Después tomé un frapuccino, ahora con Angélica. Me encontré a Vic, que linda casualidad. Me subí al metro para ir con Angélica a Gandhi. Vi muchos libros y ah, cómo me hacen feliz. Reí con ella, siempre me hace reir. Regresé a casa. Comí. Jugué con Bruno. Volví a checar mis correos y a escribir otro post. Y en cuanto lo terminé nos vamos a arreglar para ir a El Imperial.
Y pensar que en algún punto pensé que al no estar trabajando en estos momentos, iba a tener tiempo libre de sobra... Ja!
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