Tuesday, January 18, 2011

Con G de Georgina

Recuerdo haber leído hace un par de años una leyenda aborigen australiana que decía que de vez en vez los humanos teníamos que sentarnos en el bosque a esperar a que nuestra alma nos alcanzara pues con el trajín de la vida moderna se quedaba rezagada. Poco después entendí a que se referían… Que como cantarían los GUILLEMOTS -I found something crying and it was my soul- un día desperté y supe que algo dentro de mi estaba apagado.

Que lo mejor que pude hacer fue tomar una pausa de las finanzas, una decisión que muchos no entienden aun pero que era algo necesario para el reencuentro con mi alma. Un alto para reencontrarme conmigo misma. Sinceramente hay días que ni yo entiendo mi decisión aunque sé que ese no era mi camino y sé que era lo que había que hacer. Es probable que hubiera sido mejor hacer cambios graduales y no drásticos, pero el hubiera no existe y desde entonces ha sido difícil encontrar mi camino.

Siempre he creído que la vida está llena de señales. Que las coincidencias, casualidades e incluso causalidades son señales que nos bombardean con fines específicos y que toda mi vida ha estado rodeada de señales y manifestaciones que de pronto percibo, siento o intuyo -que mejor ejemplo que el estar aquí en Australia escribiendo sobre esto. Que con todas estas señales día con día me aseguro que hice lo correcto al salir de las finanzas sin embargo quisiera que estas mismas señales me ayudaran a entender que hago aquí.
Y cuando digo aquí no me refiero a mi casa o Melbourne o Australia. Aquí es entender a que vine a este mundo, hacer la diferencia y trascender. Que Adrián me dijo que escribir ayudaría y aquí estoy, tratando de poner orden en mi alma y entender poco a poco cual es mi lugar en este mundo.

¿Qué por qué se llama con G de Georgina? Porque necesito yo encontrarme a mí misma, recordarme quien soy y que me gusta.
Que me gusta escribir y ahí el porqué de tener un blog que me ayuda como terapia y desahogo. Recuerdo haber escrito que era más sencillo escribir cuando me sentía confundida, triste, emocionada o desconcertada y hoy me doy cuenta de que es parte de hacer algo con pasión. Exaltar los sentidos y sentimientos para que algo aflore dentro de uno mismo y se vuelva un proceso creativo. Y mientras tecleo letras en la computadora me doy cuenta de que necesito escribir más porque últimamente siempre que escribo lloro, necesito desahogar mi alma.
Que me gusta leer y siempre he creído que los libros son los mejores maestros de la vida. Que sostienes el libro que tiene que aleccionarte. Yo estoy leyendo “Viajando con GRANADAS” (Traveling with pomegrantes) y vaya que ha sido un reto. Estoy segura que en otro momento hubiera devorado las casi 300 hojas en una semana pero que en este momento han tomado más que eso. Que el libro se divide en tres secciones: pérdida, búsqueda y encuentro. Que me perdí en la búsqueda, literalmente. Admito que es difícil leer un libro donde la autora está viviendo lo mismo que tú y que aunque sepas que hay un “final feliz” de pronto te paralizas. Puedo culpar a personas y situaciones pero que sin más es solo mi enfrentamiento con mis propios demonios. Que estoy segura que leyendo encontraré pistas de lo que busco.
Que me gustan las flores y plantas porque siento una tranquilidad interior inigualable. Que sé que quiero hacer algo con ellas pero que no se por dónde empezar. Que mientras escribo esto volteo a ver las orquídeas y claveles que tengo en la cornisa de la ventana y sé que me están diciendo algo que no quiero entender.

-Que en la cadena de la vinculación humana son el primer nivel para crear
relaciones duraderas… Si logras que sobreviva una planta a tu alrededor estás
listo para pasar al segundo nivel que es tener una mascota y cuidarla, alguien
que necesita de ti pero no puede comunicarse contigo en tu propio idioma. El
tercer nivel es relacionarte con tu especie porque estás listo para escuchar,
sentir, ver… junto con alguien más-

Que me gusta el arte y recuerdo siempre estar rodeada de pinturas, lápices, libretas, oleos y acuarelas. Recuerdo tener 12 años y repetir de memoria la vida y obra de van GOGH. Que me gustaría pintar y sólo pintar pero me detiene el no ser lo suficientemente buena. Hay días que me digo a mi misma que en toda su vida van Gogh vendió un solo cuadro y que en realidad lo compró su hermano Theo para ayudarlo, pero siguió siempre fiel a su pasión. El punto es que quisiera saber realmente cual es mi pasión y aferrarme a ella sin importar si sirvo para eso.


Es como si tuviera un rompecabezas frente de mí. Que al final sé que todas las piezas crearan una imagen llena de colores y vida pero que en este momento no se ni por dónde empezar. Escribir esto me hace sentir vulnerable pero definitivamente me hace sentir mejor, recordar quien quiero ser, quien soy yo y que quiero.

Porque al final sólo quiero encontrar el mundo al que pertenezco.

Thursday, January 13, 2011

Con F de Fiestas

Pues otra vez abandoné el blog. Se me cruzaron las fiestas navideñas y de año nuevo así como un viaje inesperado pero acá estamos otra vez.
Un día antes de Nochebuena viajamos a Sydney para acompañar a un amigo que tuvo un accidente y estaba en el hospital. Fue una forma peculiar de celebrar 24 y 25 de diciembre. Si hubiéramos estado en México todo hubiera sido un ritual de estar rodeados de familia, comida y regalos. ¿Qué si extrañé esa formalidad que la familia le da a las fiestas? No pero extrañe a cada uno de los miembros de mi familia.
Fueron unas fiestas entre aviones, hospital, comida rápida y amigos. Sucesos inesperados que sólo ayudan a darte cuenta de que los amigos se convierten en familia y apoyo estando tan lejos de tu familia. No sé si hicimos la diferencia al ir a Sydney pero al menos estar ahí me ayudo a darme cuenta de muchas cosas…
1. Que vivo en Melbourne, que me encanta la ciudad y que me encanta mi casa.
2. Que los grandes amigos siempre serán grandes amigos no importa la distancia o el tiempo.
3. Que la Navidad y el Año Nuevo son momentos de reflexión. No importa si hay regalos y crackers, si hay cenas formales o sándwiches en el parque. Es cuestión de hacer un alto en estos días y comenzar de nuevo.
4. Que no hay día que extrañe a mi familia y mi país, porque gracias a ellos soy lo que soy.
5. Que lo interesante de un lugar no son sus sitios turísticos o de interés sino su gente.
Y así después de 10 días lejos de casa regresamos a Melbourne cansados, contentos y tristes. Tristes de dejar a los amigos y contentos de tanto añorar nuestro lugar. Que han sido días de volver a encontrar nuestro lugar y camino pero que sin duda cada día es más fácil… Y como dicen en el pueblo: so far so good, so no worries mate!