Llevo un mes viviendo en Melbourne pero entre cambios de hoteles, búsqueda de casa, paseos turísticos, internet limitado y demás complicaciones no he podido escribir como quisiera.
La llegada a este nuevo destino fue sin más agotadora. Entre despedidas, desveladas y trámites, ese último mes en México fue agotador. Aunque si lo pienso sigue siendo agotador. No puedo creer que sólo han pasado 30 días desde que salimos y ya hemos vivido en 5 lugares distintos: Los Ángeles, Brighton, Elwood, Balaclava y Richmond. De pronto me he sentido como judío errante, ni de aquí ni de allá. Cargando lo que era mi vida en México ahora empacada en maletas sin abrir, de un lado a otro. Con la certeza de que en cada lugar recorrido se queda un pedacito de mí pero cargando algo más de cada punto recorrido.
Pero al final el equipaje emocional ha sido el más pesado de todos. No es una cuestión de extrañar un lugar sino una sensación de no pertenecer y sentirte parte de algún sitio. Durante los últimos meses en México era tal la certeza del cambio de residencia que mis actividades estaban limitadas y en su mayoría se relacionaban con preparar todo para el viaje. De igual forma este mes en Australia mis actividades han estado limitadas y relacionadas a encontrar un lugar donde vivir y que sea mi lugar. Y aunque ya encontramos ese lugar a donde pertenecer, la espera ha sido extenuante.
Así es como ya estoy a horas de llegar a mi lugar. Una casa donde por el momento no hay más que la ilusión de crear un lugar que sea nuestro hogar. Un lugar donde pertenecer. Ese lugar donde sabes que siempre todo estará bien.
En fin, mañana será un gran día.
1 comment:
TE quiero primta... gracias por volver a escribir
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