Requiem for a love

No recuerdo cuanto tiempo teníamos de no vernos. Supongo que meses. Y verte, después de tanto tiempo fue tan raro que no logró descifrar que sentimientos me dejó tu visita. Por un momento sentí añoranza de tantos recuerdos compartidos pero al siguiente instante los ví tan lejanos que me asombró ver lo rápido que pasa el tiempo y como en verdad éste lo cura todo. Y definitivamente ya no siento ni maripositas en el estomago, ni ganas de llorar y mucho menos esa opresión en el pecho que solía sentir hace no mucho tiempo y que sentía, porque sabía que te iba a ver pero a su vez sabía que era el fin de nuestra historia. Y la verdad es que tanto amor se nos fue de las manos. Esas manos que volvieron a estrecharse pero que, debo admitir, sentí tan extrañas, como si no fueran nuestras. Y cómo alguna vez dijimos, nunca nos dimos cuenta de cuando se terminó el juego y cuando empezó el amor. Y menos aún cuando empezamos a tirar hasta matar. Y ese abrazo que nos dimos, donde el silencio fue nuestro mejor compañero, no sólo me recordó que siempre serás mi mejor amigo sino que siempre estaremos juntos. Y sabes, aunque mis sentimientos se transformaron siempre serás parte de mi vida. Y aunque hoy ya no diga te amo, siempre estaré ahi contigo.