Thursday, July 16, 2009

De experimentos

Ya pasó mucho tiempo desde la última vez que escribí. La cosa es que no quiero escribir puras cursilerías ni dramas vividos, para eso tengo mi agenda. Pero entonces ¿de qué escribo?. Buena pregunta.

Y después de hojear "El experimento de la intención" no me cabe duda de nada:

... la asombrosa capacidad de las partículas cuánticas para influenciarse
mutuamente, a pesar de la ausencia de todos los factores que según los físicos
podrían ser los causantes de esa influencia, como un intercambio de fuerzas
sucediendo a una velocidad infinita.

Una vez dos partículas entraban en contacto, ambas conservaban un extraño
poder remoto uno sobre la otra. Las acciones -por ejemplo, la orientación
magnética- de una partícula subatómica influenciaban inmediatamente a la otra,
sin importar la distancia que los separase.

En el nivel subatómico, el cambio también se debía a desplazamientos de
energía; esos pequeños paquetes de energía vibratoria intercambiaban
constantemente información a través de -partículas virtuales-, como los rápidos
pases de un juego de baloncesto, un incesante ir y venir que dio origen a una
gigantesca capa básica de energía en el universo.

La materia subatómica parecía estar implicada en un continuo intercambio de
información, causando refinamientos constantes y sutiles alteraciones. El
universo no era un almacén de objetos separados y estáticos, sino un único
organismo de campos de energía interconectados, en continua transformación. En
el nivel infinitesimal, nuestro mundo se parecía a una gigantesca red de
información cuántica, con todos sus componentes en permanente
comunicación.


Entonces es cuando ese extraño poder remoto nos une nuevamente, sin importar más nada.

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