Y después de hojear "El experimento de la intención" no me cabe duda de nada:
... la asombrosa capacidad de las partículas cuánticas para influenciarse
mutuamente, a pesar de la ausencia de todos los factores que según los físicos
podrían ser los causantes de esa influencia, como un intercambio de fuerzas
sucediendo a una velocidad infinita.
Una vez dos partículas entraban en contacto, ambas conservaban un extraño
poder remoto uno sobre la otra. Las acciones -por ejemplo, la orientación
magnética- de una partícula subatómica influenciaban inmediatamente a la otra,
sin importar la distancia que los separase.
En el nivel subatómico, el cambio también se debía a desplazamientos de
energía; esos pequeños paquetes de energía vibratoria intercambiaban
constantemente información a través de -partículas virtuales-, como los rápidos
pases de un juego de baloncesto, un incesante ir y venir que dio origen a una
gigantesca capa básica de energía en el universo.
La materia subatómica parecía estar implicada en un continuo intercambio de
información, causando refinamientos constantes y sutiles alteraciones. El
universo no era un almacén de objetos separados y estáticos, sino un único
organismo de campos de energía interconectados, en continua transformación. En
el nivel infinitesimal, nuestro mundo se parecía a una gigantesca red de
información cuántica, con todos sus componentes en permanente
comunicación.
Entonces es cuando ese extraño poder remoto nos une nuevamente, sin importar más nada.
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