El título de esta entrada es una línea de una linda linda canción de Semisonic. ¿Qué porque titulé así esta post? Porque últimamente mis sueños son raros y más raros, y sí, puedo escucharte en ellos.
Hoy desperté a las 3:30 am y de pronto una serie de imágenes vinieron a mi cabeza. Unas de aquí, otras de allá y otras de acullá. Recordé que alguien alguna vez me dijo que cuando eso sucediera apuntará todos los recuerdos para después buscarle un significado... Cabe decir que nunca lo he hecho. Pero hoy, mientras trataba de combatir ese insomnio que viene persiguiéndome desde hace meses decidí hacerlo.
Estaba en una nueva casa, durmiendo en un nuevo cuarto. Aunque la sensación de estar en un lugar nuevo era increíble de pronto la decoración gris y rosa no iba conmigo. Después estaba comiendo dentro de una limusina blanca con mi familia pero para mi sorpresa estaba Adolfo. ¿Será que me voy a sacar la lotería? ¿Y Adolfo que hacía ahí? En fin... De pronto estaba pintando y dibujando unas cosas con Carlos cuando llegaba Clau para llevarme a comer nieve de limón con menta, acompañadas de un niño español que creo que era su sobrino. Mi siguiente recuerdo es estar en algo así como una granja, rodeada de animales y montañas cubiertas de nieve. Mucho pasto, mucha gente... Sentía que estaba en Turquía, ja! Que ironía ¿no lo crees? Ahí estaba acompañada de mi amiga Ana y sus amigas, algo así como cuando fuimos a Japón. Tomábamos un café pero cuando quería pagar yo no tenía cambio porque sólo tenía billetes de rupias, ¿dinero hindú estando en un café turco? Así o más extraño... Al final aparecía alguien, que creo o más bien quisiera que fuera G, que me llevaba a recorrer los alrededores. Y en eso... desperté!
Desperté para sólo darle vueltas en mi cabeza, una y otra vez, a las preguntas sin respuesta que no dejan de perseguirme. Qué hoy quisiera aventar la toalla y salir corriendo, sin mirar atrás, sin rumbo fijo, sin miedo alguno.